Novena Santo Cura de Ars Día 1




“Hijos míos” decía él, cuando predicaba lleno de emoción desde el púlpito y añadía a lo anterior: “tomen esto muy en cuenta! Cada vez que he recibido una gracia, es porque la he pedido de esta manera. Esta oración no falla nunca” 



San Juan Bautista María Vianney, Santo Cura de Ars-sur-Formans, Francia.
 (8 de mayo de 1786 - 4 de agosto de 1859)
Sacerdote diocesano, Patrono del clero diocesano y los párrocos.
Modelo de humildad, pureza de vida y de intención, humildad, devoción, penitencia y celo por la salvación de las almas.
Canonizado el 31 de mayo de 1925 por el papa Pío XI.



Fe ardiente. San Juan María Bautista Vianney tu naciste de una madre profundamente religiosa; de ella recibiste la santa Fe, aprendiendo a amar a Dios y a rezar. Ya a temprana edad se te pudo ver arrodillado delante de una estatua de María. Tu alma fue arrebatada de forma sobrenatural hacia las cosas más elevadas. A pesar del alto coste respondiste a tu vocación.

Contra muchos obstáculos y contradicciones tuviste que luchar y sufrir para llegar a ser el perfecto cura que fuiste. Pero tu espíritu de profunda fe te sostuvo en todas estas batallas. Oh gran santo, tu conoces el deseo de mi alma. Quisiera servir a Dios mejor. De El he recibido muchas buenas cosas. Por esto, obtén para mi más valor y especialmente una profunda fe.

Muchos de mis pensamientos, palabras y acciones son inútiles para mi santificación y mi salvación porque ese espíritu sobrenatural no impulsa mi vida. Ayúdame a ser mejor en el futuro.




Oraciones

Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén 

Señor mio, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quién sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocaciones de ofenderos, confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta. 
Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén. 

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra las perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tu príncipe de la milicia celestial arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén. 

Divino Jesús, que quieres que pidamos al Señor de la mies que envíe a ella buenos operarios, dígnate suscitar en tu Iglesia y en particular en esta diócesis muchos y santos sacerdotes, que siéndolo en todo según tu Corazón, procuren celosamente por su sagrado ministerio la gloria de tu Padre Celestial y la salvación de las almas redimidas por tu Sangre preciosa. Amén. 

María, Madre amorosísima de los hombres, danos sacerdotes, danos sacerdotes santos. Amén. 




El Santo Cura Vianney de Ars decía frecuentemente que, por experiencia propia, la siguiente oración, rezada llenos de confianza, en grandes intenciones tanto públicas como personales, casi obra milagros. 


Dice así: 

"Oh Madre de Jesús, por Tus incomensurables dolores durante la pasión y muerte de Tu Hijo divino, y por las amargas lágrimas que derramaste, te pido que ofrezcas en sacrificio el cuerpo santo, cubierto de heridas y de sangre de nuestro Redentor, junto con Tus dolores y lágrimas, al Padre Celestial, para la salvación de las almas y para adquirir las gracias que te pido suplicante ..." 


Jesus, María os amo, salvad a las almas y a los consagrados. (3 veces) 


“Hijos míos” decía él, cuando predicaba lleno de emoción desde el púlpito y añadía a lo anterior: “tomen esto muy en cuenta! Cada vez que he recibido una gracia, es porque la he pedido de esta manera. Esta oración no falla nunca” Amén. 



Dice San Juan Mª Vianney: 

"La oración es la elevación de nuestro corazón a Dios, una dulce conversación entre la criatura y su Criador". (Sermón sobre la oración). 
"Con la oración todo lo podéis, sois dueños, por decirlo así, del querer de Dios". (Sermón sobre la perseverancia). 
"La oración abre los ojos del alma, le hace sentir la magnitud de su miseria, la necesidad de recurrir a Dios y de temer su propia debilidad". (Sermón sobre la oración). 
"Todos los males que nos agobian en la tierra vienen precisamente de que no oramos o lo hacemos mal". (Sermón sobre la oración). 





Textos para meditar:



"Que el mundo entero se arrodille ante Ella que lleva el Nombre Sagrado: Madre de Dios. En Su Vientre Inmaculado, Ella Me glorificó a Mí, al recibirme, el Cordero sin mancha, haciendo un santuario para el Santuario. Ven y canta una nueva canción en Su Honor. Que todos los que viven en la tierra veneren Su Inmaculado Corazón, el Altar en el que Yo fui concebido y donde también Me convertí en Hombre-Dios. 
Aquel día en que fui concebido por el Espíritu Santo en Su Vientre virginal, todos los demonios se paralizaron, con terror. Cuando Yo, Dios, descendí para ser concebido por el Espíritu Santo y nacer de la Virgen María, ¡Yo vine a Mi cielo! Descendí de un cielo al otro, dejé un trono para sentarme en el otro."



"Hoy, como ayer, cuando el Amor Más Perfecto pasa por encima de la tierra, escoltada por Mis Ángeles, cuyos ojos nunca cesan de admirar a la Admirable, a la Más Santa de todas las Vírgenes, maravillándose de la Belleza de la Obra Maestra de Mi Padre, cuando Ella pasa sobre la tierra, Ella interviene amorosamente y responde a sus súplicas. canta un nuevo himno al Himno de la Santísima Trinidad. Canta y di: "¡Hermanos! ¡Hermanas! Vengan y sean cubiertos por el Manto de Gracia en la Gracia. Vengan y sean cubiertos por la Luz de la Reina. Vengan, seamos eclipsados por la Única que fue cubierta por la sombra del Espíritu Santo. Vengan a la Única, tan Bendita, que muestra Su Amor Maternal a Sus hijos enseñándoles el camino hacia el cielo."



"Hoy, Yo quiero mostrarte, en Mi gran Amor, el Corazón de Mi Madre. Entonces, amigo Mío, entenderás lo que es la Virtud, y cómo en este Virtuoso Corazón Virginal, Yo, Dios, Me hice Hombre-Dios. Verás a la Madre de tu Salvador, Madre de los profetas, Madre de los discípulos, Madre de carismas, Madre de Triunfo, Madre de gracias ilimitadas, Madre de inigualable Redención... [...] al mismo tiempo, en el cielo, una gran multitud del ejército celestial, estaba alabando a Dios y cantando: 
"Gloria a Dios en lo más alto del cielo, y paz a los hombres que gozan de Su favor". La Virgen de las vírgenes, la Santísima, por siempre ahora en el Cielo, Mi Madre, continúa siendo proclamada en el Cielo como: Mi Madre. Que el mundo entero se arrodille ante Ella que lleva el Nombre Sagrado: Madre" 




"¿Cómo puede negársele a este Corazón, que llevó a tu Rey, cualquier cosa que Me pida? [...] Levántate y alza tus ojos a esta radiante visión de Su Corazón, que tantos profetas quisieron ver en su tiempo, pero que no vieron. [...] ¿No has oído cómo las naciones vendrán a Su Luz y que los reyes vendrán a su albeante resplandor, cuando al final Su Corazón triunfe junto con el Mío? 
Misterio para los ricos de corazón, pero para los pobres y los humildes una Bendición largamente esperada. Vengan a la Corredentora de su Redentor cuyo Corazón, ardiendo de Amor, fue ofrecido para ser traspasado, también, por ustedes."



"¿No han notado cómo Su Inmaculado Corazón está proclamando Mi Palabra a todos ustedes y preparando Mi Reino? ¿No han notado cómo el Corazón de su Madre Bendita está instruyendo a Sus hijos y formándolos Corazón-a-corazón para que todos estén preparados para Mi Reino? ¿No han notado cómo, desde Su Tesoro, Ella los está perfeccionando en Su Corazón para Mí? Yo le he dado a la Reina del Cielo y de la tierra, todas las joyas de la Sabiduría en Su Corazón, y de este tesoro, Ella da abundantemente Sus gracias para sacarlos del poder de la oscuridad y hacer de ustedes grandes santos y apóstoles, y grandes guerreros para unirse a Ella en esta gran batalla de sus tiempos. Con Su amor Maternal, la Reina del Cielo busca todas las vías para obtener su libertad, para que se ganen el Cielo." 



“Oh amor inmenso de un Dios por su criatura! Él nos espera con los brazos abiertos, nos abre la herida de su divino Corazón.” 



ORACIÓN POR LOS SACERDOTES 

Omnipotente y eterno Dios, mira el rostro de tu Divino Hijo y por amor a Él, ten piedad de tus sacerdotes. Recuerda que no son sino débiles y frágiles criaturas, mantén vivo en ellos el fuego de tu amor y guárdalos para que el enemigo no prevalezca contra ellos y en ningún momento se hagan indignos de su santa vocación. 
Te ruego por tus sacerdotes fieles y fervorosos, por los que trabajan cerca o en lejanas misiones y por los que te han abandonado. 
¡Oh Jesús! te ruego por tus sacerdotes jóvenes y ancianos, por los que están enfermos o agonizantes y por las almas de los que estén en el purgatorio. 
¡Oh Jesús! te ruego por el sacerdote que me bautizó, por los sacerdotes que perdonan mis pecados, por aquellos a cuyas misas he asistido y asisto, por los que me instruyeron y aconsejaron, por todos para los que tengo algún motivo de gratitud. 
¡Oh Jesús! guárdalos a todos en tu Corazón, concédeles abundantes bendiciones en el tiempo y en la eternidad Amen.



 
Sagrado Corazón de Jesús, bendice a tus sacerdotes 
Sagrado Corazón de Jesús, santifica a tus sacerdotes 
Sagrado Corazón de Jesús, reina por tus sacerdotes. 
María, madre de los sacerdotes, ruega por ellos. 
Dadnos Señor vocaciones sacerdotales y religiosas. 





ORACIÓN DEL SANTO CURA DE ARS 

Te amo, Oh mi Dios. 
Mi único deseo es amarte 
Hasta el último suspiro de mi vida. 
Te amo, Oh infinitamente amoroso Dios, 
Y prefiero morir amándote que vivir un instante sin Ti. 
Te amo, oh mi Dios, y mi único temor es ir al infierno 
Porque ahí nunca tendría la dulce consolación de tu amor, 
Oh mi Dios, 
si mi lengua no puede decir 
cada instante que te amo, 
por lo menos quiero 
que mi corazón lo repita cada vez que respiro. 
Ah, dame la gracia de sufrir mientras que te amo, 
Y de amarte mientras que sufro, 
y el día que me muera 
No solo amarte pero sentir que te amo. 
Te suplico que mientras más cerca estés de mi hora 
Final aumentes y perfecciones mi amor por Ti. 
Amén. 





Súplica milagrosa del Santo Cura Vianney de Ars, en grandes intenciones tanto públicas como personales: 

"Oh Madre de Jesús, por Tus incomensurables dolores durante la pasión y muerte de Tu Hijo divino, y por las amargas lágrimas que derramaste, te pido que ofrezcas en sacrificio el cuerpo santo, cubierto de heridas y de sangre de nuestro Redentor, junto con Tus dolores y lágrimas, al Padre Celestial, para la salvación de las almas y para adquirir las gracias que te pido suplicante ....." 

Jesus, María os amo, salvad a las almas y a los consagrados. (3 veces) 




Oración Final 

¡Oh modelo acabado del pastor de almas! 
El supremo jerarca de la Iglesia Pío XI 
te declaró patrón de todo el clero secular. 
Mira desde el cielo a esta porción de la Iglesia, 
para que, estando ella a la altura de su misión, 
ceda su altísimo ministerio en mayor gloria de Dios 
y bien del rebaño de Jesucristo. Amén. 






ORACION POR LA SANTIFICACIÓN DE LOS SACERDOTES 

De Santa Teresita del Niño Jesús 

Oh Jesús que has instituido el sacerdocio para continuar en la tierra, la obra divina de salvar a las almas, protege a tus sacerdotes (especialmente a: ..............) en el refugio de tu SAGRADO CORAZÓN. 
Guarda sin mancha sus MANOS CONSAGRADAS, que a diario tocan tu SAGRADO CUERPO, y conserva puros sus labios teñidos con tu PRECIOSA SANGRE. 
Haz que se preserven puros sus Corazones, marcados con el sello sublime del SACERDOCIO, y no permitas que el espíritu del mundo los contamine. 
Aumenta el número de tus apóstoles, y que tu Santo Amor los proteja de todo peligro. 
Bendice Sus trabajos y fatigas, y que como fruto de Su apostolado obtenga la salvación de muchas almas que sean su consuelo aquí en la tierra y su corona eterna en el Cielo. Amén” 











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