Misterios Luminosos, Octava de Navidad
Santo Rosario
Por la señal...
Señor mío Jesucristo…
MISTERIOS LUMINOSOS
en Octava de Navidad
Santos Inocentes Mártires
1.-El Bautismo del Señor en el Jordán
Oh Santísima Trinidad, ¡yo Os adoro! ¡Dios mío, Dios mío, yo Os amo en el Santísimo Sacramento!
Del Evangelio de S. Mateo 3, 16-17
Después de ser bautizado Jesús, se oyó una voz que decía: “Este es mi Hijo amado en el cual puse mis complacencias”.
Las aguas nos hubieran sepultado, un torrente nos hubiera llegado al cuello, un torrente de aguas encrespadas. Bendito sea el Señor, porque no permitió que nos despedazaran con sus dientes (Salmo 123)
2.-El Milagro de las Bodas de Cana
Oh Santísima Trinidad, ¡yo Os adoro! ¡Dios mío, Dios mío, yo Os amo en el Santísimo Sacramento!
Del Evangelio de S. Juan (Jn 2,3.5)
María dijo a Jesús: “No hay vino”; y a los sirvientes: “Haced todo lo que mi Hijo os diga”.
Dios es luz y en Él no hay nada de oscuridad. Si decimos que estamos con Dios, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no vivimos conforme a la verdad. Pero, si vivimos en la luz, como Él vive en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado. (I Jn. 1, 5; 2, 2)
3.- El anuncio del Reino invitando a la conversión.
Oh Santísima Trinidad, ¡yo Os adoro! ¡Dios mío, Dios mío, yo Os amo en el Santísimo Sacramento!
Del Evangelio de S. Marcos (1, 14-15)
“Arrepentíos y creed en el Evangelio”.
Si decimos que no tenemos ningún pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si, por el contrario, confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos purificará de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, hacemos pasar a Dios por mentiroso y no hemos aceptado verdaderamente su palabra. (I Jn. 1, 5; 2, 2)
4.-La Transfiguración del Señor
Oh Santísima Trinidad, ¡yo Os adoro! ¡Dios mío, Dios mío, yo Os amo en el Santísimo Sacramento!
Del Evangelio de S. Lucas (9,28.35)
Jesús (...) subió a un monte para orar. Y se oyó una voz que decía: “Este es mi Hijo predilecto, escuchadlo”.
Jesús (...) subió a un monte para orar. Y se oyó una voz que decía: “Este es mi Hijo predilecto, escuchadlo”.
Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores. La trampa se rompió y nosotros escapamos. Nuestra ayuda nos viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. (Salmo 123)
5.- La institución de la Eucaristía
Oh Santísima Trinidad, ¡yo Os adoro! ¡Dios mío, Dios mío, yo Os amo en el Santísimo Sacramento!
Del Evangelio de S. Mateo (26, 26-27)
"Mientras comían, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomen y" y coman; esto es mi cuerpo.»"
Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Ramá se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya están muertos. ( San Mateo
2, 13-18)
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