Rosario de Reparación, Misterios Gozosos



Rosario en preparación de la Jornada de Oración y Penitencia por los pecados de cada uno de nosotros y especialmente los pecados y delitos de quienes se han consagrado a Dios y han abusado de menores, convocada  por nuestro Obispo para el Domingo 30 de Septiembre, a las 16 hrs. en la Catedral de San Bernardo, Chile.

“Queridos hermanos y hermana de la Diócesis de San Bernardo:
En su reciente carta al Pueblo de Dios, el Papa Francisco, señala, entre otras cosas, que "es imprescindible que como Iglesia podamos reconocer y condenar con dolor y vergüenza las atrocidades cometidas por personas consagradas, clérigos e incluso por todos aquellos que tenían la misión de velar y cuidar a los más vulnerables. Pidamos perdón por los pecados propios y ajenos. La conciencia de pecado nos ayuda a reconocer los errores, los delitos y las heridas generadas en el pasado y nos permite abrirnos y comprometernos más con el presente en un camino de renovada conversión. Asimismo, la penitencia y la oración nos ayudarán a sensibilizar nuestros ojos y nuestro corazón ante el sufrimiento ajeno y a vencer el afán de dominio y posesión que muchas veces se vuelve raíz de estos males. Que el ayuno y la oración despierten nuestros oídos ante el dolor silenciado en niños, jóvenes y minusválidos. Un ayuno que nos sacuda y nos lleve a comprometernos desde la verdad y la caridad con todos los hombres de buena voluntad y con la sociedad en general para luchar contra cualquier tipo de abuso sexual, de poder y de conciencia".(Carta al Pueblo de Dios, Vaticano, 20 de agosto de 2018)."



Meditamos el rosario de hoy con algunos pensamientos de santa Teresa Margarita Redi, virgen, que habiendo entrado en la Orden de Carmelitas Descalzas, avanzó por el arduo camino de la perfección entregando su alma muy joven a Dios (1770).


Por la señal de la Santa Cruz...

Señor mío Jesucristo... 


MISTERIOS GOZOSOS

1.- La encarnación del Hijo de Dios en las entrañas purísimas de la Virgen María.

“¿En qué no nos humillaremos nosotros delante de Dios si él se humilló a sí mismo delante por nosotros?

OFREZCAMOS ESTE MISTERIO EN REPARACIÓN POR LAS BLASFEMIAS Y ULTRAJES QUE SE COMENTEN CONTRA LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA.

2.-La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel.

“Hagamos todos por amor, y nada aparecerá dificultoso cuando reflexionemos que el amor no desea nada más que amor.”

OFREZCAMOS ESTE MISTERIO EN REPARACIÓN POR LAS BLASFEMIAS Y ULTRAJES QUE SE COMENTEN CON LA VIRGINIDAD PERPETUA DE LA NUESTRA SEÑORA.

3.-El nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén

“El espíritu de Jesús es espíritu de obediencia, simplicidad, humildad y de mansedumbre.

OFREZCAMOS ESTE MISTERIO EN REPARACIÓN POR LAS BLASFEMIAS Y ULTRAJES QUE SE COMENTEN CONTRA LA MATERNIDAD DIVINA DE MARÍA, RECHAZANDO AL MISMO TIEMPO RECIBIRLA COMO MADRE DE LOS HOMBRES.

 4.-La purificación de Nuestra Señora y presentación del Niño Jesús en el templo

"Los méritos de una buena acción disminuyen cuando se expone a los ojos de otras personas, cuyos elogios, nos halagan o agradan demasiado nuestro amor propio y orgullo. Por lo tanto, es necesario hacerlo todo sólo por Dios."

OFREZCAMOS ESTE MISTERIO EN REPARACIÓN POR AQUELLOS QUE INFUNDEN EN LOS NIÑOS Y EN LOS JÓVENES EL DESPRECIO HACIA LA VIRGEN INMACULADA.

5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo

“Bendícenos, oh Virgen María, Madre de compasión, abogada y consuelo de todos los que confían en ti.” “Madre de misericordia, danos fuerza contra los enemigos de nuestras almas, para que con tu ayuda salgamos siempre victoriosos.”

OFREZCAMOS ESTE MISTERIO EN REPARACIÓN POR LAS BLASFEMIAS Y ULTRAJES COMETIDOS POR SACERDOTES.

Salve, Padre Nuestro, Ave María (3) y Gloria por el Santo Padre


Actos de reparación, desagravio y perdón

Señor Jesús: Tú compartiste nuestra vida humana, alegrías y penas, y, sin acusarnos, por amor, cargaste con la responsabilidad de nuestras culpas para redimirnos. Ayúdanos a seguir tu ejemplo desde nuestra situación de pecadores redimidos. Ante Ti, Señor, nos sentimos sinceramente responsables de un mundo al que pertenecemos, que estamos contribuyendo a forjar, y con el que estamos comprometidos especialmente por tu amor. Avergonzados de nuestras obras, fruto del olvido o rechazo culpable de tus enseñanzas, te pedimos perdón y ayuda.

Perdón, Señor, perdón

– Por los sacrilegios, robos y blasfemias contra la Sagrada Eucaristía,
– Por tantos lugares del mundo donde los sacerdotes y fieles no pueden celebrar libremente la Santa Misa o se ven obligados a hacerlo en secreto por persecución.
 – Por las faltas de respeto e impiedad en las iglesias y ante el Sagrario
 – Por la dejadez y abandono al dejar de asistir a la Santa Misa dominical
– Por la omisión en tantos bautizados al rechazar la confesión y comunión por Pascua
– Por las faltas de inconsciencia en familiares de personas moribundas al dejar que fallezcan sin la asistencia de los sacramentos
– Por la despreocupación respecto de la primera y frecuente Comunión de los niños
– Por las comuniones tibias y frías
– Por las comuniones sacrílegas
Por los sacerdotes que celebran la Santa Misa en condiciones personales inadecuadas, o por enseñar una vida litúrgica y eucarística contraria a la que manda la Iglesia
– Por la conciliación de la Misa y la recepción de la Sagrada Comunión con vidas incoherentes y vacías de fervor,
– Por la persecución sistemática, violenta o solapada, de los sacerdotes, fieles y personas cristianas que confiesan su Fe en Cristo.


Oración: Señor nuestro, Jesucristo, que has querido permanecer en el Sacramento hasta la consumación de los siglos para dar a tu Padre una gloria infinita y a nosotros el aliento de la inmortalidad; que te has expuesto a todos los ultrajes de los impíos antes de abandonar a tu Iglesia; concédenos la gracia de llorar con verdadero dolor los ultrajes y descuidos que cometen los hombres contra el mayor de los sacramentos, danos celo eficaz para reparar los oprobios que has sufrido en este misterio inefable. Tú que vives y reinas con Dios Padre, en unión del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.


Alabanzas de Desagravio

Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
Amen.

ORACIONES DE DESAGRAVIO

Por tanto que se ofende a Dios, hagamos reparación y desagravio. Pidamos perdón y misericordia.

Acto de desagravio

(Después de cada invocación se responde:
"te rogamos, escúchanos")

Señor perdona todos los sacrilegios eucarísticos.

Señor perdona todas las santas comuniones indignamente recibidas.

Señor perdona todas las profanaciones al santísimo sacramento del altar.

Señor perdona todas las irreverencias en la Iglesia.

Señor perdona todas las profanaciones, desprecios y abandono de los sagrarios.

Señor perdona todos los que han abandonado la iglesia.

Señor perdona todo desprecio de los objetos sagrados.

Señor perdona todos los que pasaron a las filas de tus enemigos

Señor perdona todos los pecados del ateismo

Señor perdona todos los insultos a tu santo nombre.

Señor perdona toda la frialdad e indiferencia contra tu amor de redentor

Señor perdona todas las irreverencias y calumnias contra el Santo Padre

Señor perdona todo desprecio de los obispos y sacerdotes.

Señor perdona todo desprecio hacia la santidad de la familia.

Señor perdona todo desprecio a la vida humana.



ACTO DE DESAGRAVIO COMPUESTO POR S.S. PÍO XI

¡Oh dulcísimo Jesús, cuyo inmenso amor a los hombres no ha recibido en pago, de los ingratos, más que olvido, negligencia y menosprecio! Vednos postrados ante vuestro altar, para reparar, con especiales homenajes de honor, la frialdad indigna de los hombres y las injurias con que, en todas partes, hieren vuestro amantísimo Corazón.

Mas recordando que también nosotros alguna vez nos manchamos con tal indignidad de la cual nos dolemos ahora vivamente, deseamos, ante todo, obtener para nuestras almas vuestra divina misericordia, dispuestos a reparar, con voluntaria expiación, no sólo nuestros propios pecados, sino también los de aquellos que, alejados del camino de la salvación y obstinados en su infidelidad, o no quieren seguiros como a Pastor y Guía, o, conculcando las promesas del Bautismo, han sacudido el suavísimo yugo de vuestra ley.

Nosotros queremos expiar tan abominables pecados, especialmente la inmodestia y la deshonestidad de la vida y de los vestidos, las innumerables asechanzas tendidas contra las almas inocentes, la profanación de los días festivos, las execrables injurias proferidas contra vos y contra vuestros Santos, los insultos dirigidos a vuestro Vicario y al Orden Sacerdotal, las negligencias y horribles sacrilegios con que es profanado el mismo Sacramento del amor y, en fin, los públicos pecados de las naciones que oponen resistencia a los derechos y al magisterio de la Iglesia por vos fundada.

¡Ojalá que nos fuese dado lavar tantos crímenes con nuestra propia sangre! Mas, entretanto, como reparación del honor divino conculcado, uniéndola con la expiación de la Virgen vuestra Madre, de los Santos y de las almas buenas, os ofrecemos la satisfacción que vos mismo ofrecisteis un día sobre la cruz al Eterno Padre y que diariamente se renueva en nuestros altares, prometiendo de todo corazón que, en cuanto nos sea posible y mediante el auxilio de vuestra gracia, repararemos los pecados propios y ajenos y la indiferencia de las almas hacia vuestro amor, oponiendo la firmeza en la fe, la inocencia de la vida y la observancia perfecta de la ley evangélica, sobre todo de la caridad, mientras nos esforzamos además por impedir que seáis injuriado y por atraer a cuantos podamos para que vayan en vuestro seguimiento.

¡Oh benignísimo Jesús! Por intercesión de la Santísima Virgen María Reparadora, os suplicamos que recibáis este voluntario acto de reparación; concedednos que seamos fieles a vuestros mandatos y a vuestro servicio hasta la muerte y otorgadnos el don de la perseverancia, con el cual lleguemos felizmente a la gloria, donde, en unión del Padre y del Espíritu Santo, vivís y reináis, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.






Comentarios