Rosario de Reparación, Misterios Gozosos



Rosario de Reparación,  Oración y Penitencia

Omnipotente y eterno Dios, mira el rostro de tu Divino Hijo y por amor a Él, ten piedad de tus sacerdotes.  Recuerda que no son sino débiles y frágiles criaturas, mantén vivo en ellos el fuego de tu amor y guárdalos para que el enemigo no prevalezca contra ellos y en ningún momento se hagan indignos de su santa vocación.
Te ruego por tus sacerdotes fieles y fervorosos, por los que trabajan cerca o en lejanas misiones y por los que te han abandonado.
¡Oh Jesús! te ruego  por tus sacerdotes jóvenes  y ancianos, por los que están  enfermos o agonizantes y por las almas de los que estén en el purgatorio.
¡Oh Jesús! te ruego por el sacerdote que me bautizó, por los sacerdotes que perdonan mis pecados, por aquellos a cuyas misas he asistido y asisto, por los que me instruyeron y aconsejaron, por todos para los que tengo algún motivo de gratitud.
¡Oh Jesús! guárdalos a todos en tu Corazón, concédeles abundantes bendiciones en el tiempo y en la eternidad Amen.

Sagrado Corazón de Jesús, bendice a tus sacerdotes
Sagrado Corazón de Jesús, santifica a tus sacerdotes
Sagrado Corazón de Jesús, reina por tus sacerdotes.
María, madre de los sacerdotes, ruega por ellos.
Danos Señor vocaciones sacerdotales y religiosas.
San Juan María Vianney ( cura de Ars)


Por la señal, de la Santa Cruz…

En el Rosario de hoy vamos a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios. Nos servimos para ello, de algunas de las invocaciones que durante su pontificado elevó el Papa San Juan Pablo II.
Los ofrecemos en reparación al Corazón Inmaculado de María respondiendo así a su llamamiento en la ciudad de Pontevedra (ESPAÑA) por medio de Sor Lucía, vidente de Fátima: "Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme…”

Señor mío Jesucristo…


MISTERIOS GOZOSOS

1.- La encarnación del Hijo de Dios en las entrañas purísimas de la Virgen María.

“¡Dios te salve María! Te saludamos con el Ángel: Llena de gracia.  El Señor está contigo. Tú eres la Virgen de la Anunciación, el Sí de la humanidad entera al misterio de la salvación.”

OFREZCAMOS este misterio en reparación por las blasfemias y ultrajes que se comenten contra la Inmaculada Concepción de María.

2.-La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel.

“¡Dios te salve María! Te saludamos con Isabel: ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¡Feliz porque has creído a las promesas divinas! Bendita por tu caridad premurosa con Isabel, Tú eres la Hija de Sión y el Arca de la nueva Alianza en el misterio de la visitación.”

OFREZCAMOS este misterio en reparación por las blasfemias y ultrajes que se comenten con la Virginidad perpetua de la Nuestra Señora.

3.-El nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén

“¡Dios te salve María!  Tú eres la Madre de Jesús, nacido en Belén, la que lo mostraste a los sencillos pastores y a los sabios de Oriente. Bendita  por tu bondad materna en Belén, Bendita  por tu fortaleza en la persecución.”
Haz que todos los seres humanos, de todas las razas y culturas,  encuentren y acojan a Jesús,  que vino a la tierra en el misterio de la Navidad para darnos "su" paz.  María, Reina de la paz,  danos a Cristo, paz verdadera del mundo.

OFREZCAMOS este misterio en reparación por las blasfemias y ultrajes que se comenten contra la maternidad divina de María, rechazando al mismo tiempo recibirla como madre de los hombres.

4.-La purificación de Nuestra Señora y presentación del Niño Jesús en el templo

“¡Dios te salve María!  Tú eres la Madre que ofrece a su Hijo en el templo, lo acompaña hasta Egipto, lo conduce a Nazaret.”

OFREZCAMOS este misterio en reparación por aquellos que infunden en los niños y en los jóvenes el desprecio hacia la Virgen Inmaculada.

5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo

“Dios te salve, María. Bendita  por tu perseverancia en la búsqueda de Jesús en el templo, Bendita  por tu vida sencilla en Nazaret.”

OFREZCAMOS este misterio en reparación por las profanaciones e ultrajes que se comenten contra las sagradas imágenes y representaciones de la Virgen María.


Actos de reparación, desagravio y perdón

Señor Jesús: Tú compartiste nuestra vida humana, alegrías y penas, y, sin acusarnos, por amor, cargaste con la responsabilidad de nuestras culpas para redimirnos. Ayúdanos a seguir tu ejemplo desde nuestra situación de pecadores redimidos. Ante Ti, Señor, nos sentimos sinceramente responsables de un mundo al que pertenecemos, que estamos contribuyendo a forjar, y con el que estamos comprometidos especialmente por tu amor. Avergonzados de nuestras obras, fruto del olvido o rechazo culpable de tus enseñanzas, te pedimos perdón y ayuda.

Perdón, Señor, perdón

– Por los sacrilegios, robos y blasfemias contra la Sagrada Eucaristía,
– Por tantos lugares del mundo donde los sacerdotes y fieles no pueden celebrar libremente la Santa Misa o se ven obligados a hacerlo en secreto por persecución.
 – Por las faltas de respeto e impiedad en las iglesias y ante el Sagrario
 – Por la dejadez y abandono al dejar de asistir a la Santa Misa dominical
– Por la omisión en tantos bautizados al rechazar la confesión y comunión por Pascua
– Por las faltas de inconsciencia en familiares de personas moribundas al dejar que fallezcan sin la asistencia de los sacramentos
– Por la despreocupación respecto de la primera y frecuente Comunión de los niños
– Por las comuniones tibias y frías
– Por las comuniones sacrílegas
Por los sacerdotes que celebran la Santa Misa en condiciones personales inadecuadas, o por enseñar una vida litúrgica y eucarística contraria a la que manda la Iglesia
– Por la conciliación de la Misa y la recepción de la Sagrada Comunión con vidas incoherentes y vacías de fervor,
– Por la persecución sistemática, violenta o solapada, de los sacerdotes, fieles y personas cristianas que confiesan su Fe en Cristo.


Oración: Señor nuestro, Jesucristo, que has querido permanecer en el Sacramento hasta la consumación de los siglos para dar a tu Padre una gloria infinita y a nosotros el aliento de la inmortalidad; que te has expuesto a todos los ultrajes de los impíos antes de abandonar a tu Iglesia; concédenos la gracia de llorar con verdadero dolor los ultrajes y descuidos que cometen los hombres contra el mayor de los sacramentos, danos celo eficaz para reparar los oprobios que has sufrido en este misterio inefable. Tú que vives y reinas con Dios Padre, en unión del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.





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